Esta noche, en la que no puedo dormir, viejas canciones despiertan en mi piel. Mi cama es la balsa de un naufrago y mi mente, desbocada, un abismo sin fondo. Me estremezco. Palabras que no quier oir. Quiero huir, como a veces huimos de nosotros mismos hacia otros. Y recuerda que sigo siendo aquel que jamas abandono. Que sigo tras tu luz. Aquel que ha olvidado toda traición.
Todos hemos amado tan desesperadamente, como si fuéramos ciegos, alguna vez. Tanto que besariamos la boca a la misma muerte. Pero luego todos son angeles caidos de un Eden imaginario.
Esta noche no sabría que elegir. Lenguas de fuego lamen mi mente, y el volcan que creia dormido vuelve a estallar, escupiendo desamor creciente, indolente, donde vivo guarecido. Esto son textos extraviados.
Un pajaro metalico escapa de su jaula de madera.