Verte me supone un problema. Me supone nervios, quebraderos de cabeza y una mirada perdida demasiado evidente. Tanto, que mis parpados caen enseguida, huyen de donde mis ojos te han visto, y cuando han corrido lo suficiente, a duras penas se levantan, y empiezan las preguntas incomodas.
Pero las peores preguntas son las que me hago a mi mismo.
Cuando creía que esa sombra ya se había consumido, me doy cuenta de que es el hilo mas grande de una gran marioneta.