domingo, 12 de agosto de 2018

No se si buscarte

Llevo días esperando. No se cuantos, he dejado de contarlos, por que cada vez que lo hacia me entristecía y enfadaba.

Te echaba de menos.

Pero no se si extrañaba lo que fuimos, lo que eras y lo que recuerdo, o a ti. La cosa es que te añoraba mucho, demasiado. Empece a pensar en ti a diario, cada cosa que hacia o pensaba hacer decía a mis adentros "me gustaría invitarle", pero claro, no estas. Quise saber de ti y me arrepentí por que vi tus ultimas fotos y parecías tan feliz que me daba rabia no ser yo quien fuese quien te diese tanta felicidad. Si, sigo siendo un egoísta.

La cosa es que te envié un email, un mensaje y te llamé. Y estoy enfadado y triste cada vez que lo recuerdo por que no respondiste al email, no respondiste al mensaje y no devolviste la llamada.
He pensado en todo lo posible. Que me has bloqueado de tus redes sociales, que borraste mi número por accidente o intencionadamente, que usas un nuevo correo. O simplemente que no quieres saber nada de mi.

Y estaba tan triste y furioso que he recordado todo lo bueno y lo malo.

Las peleas, las noches en la arena, las llamadas, los celos, la añoranza, las risas, los enfados. Nuestro primero beso, la primera noche que dormimos juntos, la primera vez abrazados y solo nuestro mundo.

Y han pasado los días y me di cuenta de algo. Seguramente ya no querías saber de mi por que tenias a otra persona, mejor que yo. No entrare en detalles, tu ya sabes como era y como soy. Claro, tu decidiste echarme de tu vida. ¿Por que ibas a querer que volviese? De echo,¿por qué debería querer yo volver?

Es una buena pregunta, algún día pensaré en ello.

A los pocos días tuve otra revelación. Jamas hice nada. No tuve el valor de escribir el email, de enviarte el mensaje ni llamarte. No tuve el valor de ver como me rechazabas otra vez, de llamarte y que fuese un desconocido para ti, de escucharte decir no, otra vez.

Ahora paso las horas debatiéndome y reuniendo valor.
Seguramente vuelva a equivocarme, elija lo que elija. Quizás esta vez no debería hacer nada, o debería lanzarme otra vez con todo.
Quizás no quieras saber de mi, o quizás me eches de menos.
Quizás me quede sin saberlo para siempre.

Aun te recuerdo cuando la lluvia golpea la arena de la playa y las olas crecen, cuando quiero irme, cuando me pierdo, cuando me encuentro.

lunes, 7 de mayo de 2018

Hay ganas que nunca se van.
Las ganas de besos, de abrazos, de sexo.
Las ganas de recordar, las de imaginar, las de viajar.

Las ganas de perderse, de perdernos, de olvidarte.
Que ganas da enamorarse.
Son muy constantes las ganas de llorar,
que falta el aire, lo demás, que mas da.

Hay ganas que van y vienen. Las ganas de tenerte, de beber, de soñar.
Hay ganas que vuelven y te pierden.
Las ganas de irse para no poder volver nunca jamas.
Mi vida es una estación, en silencio, donde una eventual alarma agita a los vagabundos que duermen en las escaleras.
Una estación dormida, nunca despierta, una serie de trenes vacíos que no saben donde irán. Una lista de trenes perdidos que no van a volver a estacionar.

Mi vida es un descarrilamiento, un después en el cambio de aguja, una sirena que no va a sonar, otro retraso en la salida.

Un gato maúlla y pregunta la hora, tu tren ya no está. ¿Quien le habla?
Despierta el revisor, ¿donde está mi ticket? Se me ha escapado el tren.