Volví, volví de un viaje en vano a ningún lugar decente y mi buzón estaba lleno de correspondencia.
No miré las cartas, no saludé a los vecinos, solo quería dormir, necesitaba descansar.
Pasaron los días sin ver el sol. Me acompañaban el olor del tabaco y el regusto a alcohol. No podía tener resaca si no dejaba de beber, respiraba mas humo que aire. Casi un mes después abrí una ventana, llovía, me recordaba a ti. Escuchaba las olas del mar en lo lejano, una tormenta traía a mi salón el perfume de tu pelo.
Y las cartas volaron por toda la habitación.
Había cartas que no pensaba leer y las tire, otras merecían algo de mi tiempo, algunas me hicieron pensar, pero tu letra estaba en todas las demás. Fotos tuyas, tus recuerdos, tus besos, tu perfume, tus ojos, tu pelo, tus letras, tus besos, tu sexo. ¿Era un castigo? Me lo merecía. ¿Era una llamada? No debía responder. ¿Querías que saliese de mi encierro? Solo quería escucharte, al menos una ultima vez.
Y lloré.
No recuerdo cuantos días pasaron hasta que me afeité salí a buscarte. Y por desgracia te encontré.
Tu ya no eras tu, yo ya no era yo. El nosotros se había perdido en los brazos de otro, tus ojos hablaban de otras pupilas, tu risa se olvidó de mis labios, tus besos eran de otra canción.
Por fin mi sirena había aprendido a correr y estaba a punto de echarse a volar.
Te vi, al final me viste, y dejaste de reír, dejaste de besar, dejaste de correr. ¿Que hablaban tus ojos, si no era olvido? ¿Que decían de mi que no logré saber? Corrí, mucho antes de que pensases en echar a caminar hacia mi, mucho antes de que tus recuerdos volviesen conmigo.
Te perdí y lo perdí todo. Todos tus besos perdí por no saber decir, te necesito.
Cuando volví a mi retiro aun había una colilla encendida y mucho papel por reutilizar. Puse sangre en mis manos y levanté la voz contra todo aquello que había sido malo en mi vida, contra todo aquello que te había hecho mal de mi. La sangre hervía, los gritos, los golpes "PERDÓNAME DIOS, PUES EL AMOR PUEDE MAS QUE LA FE. NO ES TU AMOR EL QUE QUIERO, NI TU VIDA, NI TUS HIJOS. PUES LA ÚNICA DE LOS TUYOS QUE AUN TIENE ALAS EN LA TIERRA ES MI PECADO, MI ERROR"
Que gritos, que grandeza, que espectáculo. Ahora entendía a Ulises, a Romeo, a los reyes y a los locos. A esto se referían, a ti.
¿Quien llamaba a estas horas? Daba igual, la sangre aun brotaba en mis brazos, aun cabían letras.
Y se acabó.
Cuando me encontraron aun sonreía, una sonrisa horrible de alguien que había perdido la cordura, una sonrisa que una vez amaste, una sonrisa que era para ti.
Cuando leas esto, ¿y quien sabe si lo leerás? Yo no te leí hasta que fue tarde.
Cuando leas esto, ¿de verdad he sido así de cobarde? Yo te respondo. No, cobarde hubiera sido vivir en el mismo mundo que tu y no haberlo convertido en un Edén para tu disfrute. Cobarde ha sido no escribirte una canción. Cobardes son los pájaros que huyen de ti y te envidian. Me proclamo valiente, el mas cobarde de los valientes.
Cuando leas esto, quizás lo estés haciendo ahora, no podrás responderme, no estaré, nunca mas.¿Que donde estoy? Oh, no, no te lo diré, por que seguro que piensas en venir a por mi, y no, en todas esas cartas tuyas había un pedacito de mi que no he logrado recomponer, así que yo me quedo con el nosotros, con el viaje a las playas mas desiertas, con nuestra copa al amanecer. Permiteme quedarme también con el recuerdo de aquella noche de verano, ese de sabanas y besos, también con el día que nos llovió y tu pelo era un enredo de espuma y sal. Te pido todo esto solo por que ya no podrás decir que no, por que te habrías negado. Pero a dejarme viajar.
Tu sonrisa sigue siendo el faro de las mismas tormentas que provocas, tendrás decenas de pretendientes.
Posdata: Me gustan las gafas que llevas ahora, te hacen parecer mas adulta, mas seria. Te quedan bien.
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