lunes, 20 de noviembre de 2017

He visto un alma en pena, alguien perdido en su propia piel, alguien hundido en llantos y en gritos sordos. He visto a alguien que por un momento me ha recordado a mi, y quisiera yo pensar en un ataque de ego y egoísmo que yo estoy mucho peor, que yo estoy mas triste, que yo estoy mas solo, que yo he perdido mas, que yo la echo mas de menos. Pero seria mentira.
El hombre lloraba a voces, gritaba en silencio, hablaba con ella mientras escribía en una libreta y cantaba a las palomas de los parques, esperando que ella apareciese para escuchar todo lo que tenia que contar. Pero al parecer, ella jamas volvería.

Me dio por seguirle, por escucharle, por preguntar, me contó una historia triste que exaltaba del cabello de una musa y menospreciaba sus fallos. Me hablaba de su perfección como si de una estatua de marfil se tratase, de su fragilidad cristalina, de su belleza lunar. Quien me hablaba era un loco, o un enamorado, que afectos prácticos es lo mismo, un hombre sin cordura y y sin apenas esperanzas, cuyo mundo pendía de un hilo rojo atado en su muñeca. Ojalá yo hubiese sabido expresar con mil palabras lo que el decía con su mirada mientras contaba como se enamoraron y así lograría yo recuperar lo perdido.

Cuando decidí despedirme le aseguré volver, hablar, ayudarle, me sentía identificado con aquel pobre zombie que malvivía tan cerca de mi.

Ayer vi un alma en pena, alguien perdido en la piel de una mujer, alguien hundido en recuerdos de risas y sonrisas. Me he visto a mi en un espejo en un momento efímero de cordura antes de pasar el resto del día recordando, escribiendo cartas sin sello, cantando para mis adentros, sabiendo que nunca vas a volver.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Te pienso.
Y me levanto de la cama aun sin abrir los ojos.
Te pienso. Lo primero.

Pienso en si aun dormirás, en si habrás soñado conmigo, en si seguirás soñando que me despierto contigo. ¿Soñarás aun que viajamos?

Luego pienso que has despertado junto a otro, que sus besos te dan los buenos días, que sus manos peinan tu pelo, que sus brazos te quitan el frió.
Pienso que el te cocina, te hace reír, te hace olvidarme. Pienso que le hablas, que le cantas, que le mimas. Ojalá no pensar.

Y pienso que el mar os ha visto correr juntos por la arena y se rompen mis relojes, pienso que nunca mas volveré a leerte entre tus párrafos y desaparezco un poco mas, pienso que tu corazón ahora canta para el y me muero, pienso que ya nunca mas vas a estar.

Y así todo el día, te pienso, y pienso que me vas a olvidar.

sábado, 18 de noviembre de 2017

A mi que no me hablen del amor, pues el amor me recuerda a cosas que duelen, a personas que mienten, a gente que nunca debe volver. El amor recuerda lo débiles que nos volvemos cuando amamos, lo débil que es tener una persona que es tu mundo, y que cuando esta se va, tu mundo se destruye.

A mi que no me hablen del mar, de la marea, de la marejada, de las olas, que no me hablen de nada de eso, de algo imperturbable y antiguo que me recuerda a sus caderas sobre las mías, de sus pechos entre la resaca. ¿Quien seria tan cruel de hacerme recordar algo así?

A mi, por favor, que jamas me hablen del viento, de como sus cabellos ondeaban cual bandera, mi libertad. Quien no haya visto sus enredos mecerse mientras reía no sabe que es la música, ni la felicidad, ni el gozo.

Ademas, no la habéis visto caminar por la arena, como si solo existiese ella desde mis ojos, no la habéis visto contonearse con las lineas de la playa, no la veréis jamas saltar para no mojarse. Así que que a nadie se le ocurra hablarme del arte, por que sin verla, no la entenderéis.

Y a quien quiera que me hable de la luna, prometo que me pondré violento, por que su sonrisa era mas brillante que cualquiera. Verla sonreír mientras me miraba era ver el futuro la curva de sus labios, y ese futuro decía que yo iba a besarla.

A mi, mejor que no me hablen, y si lo hacen, que no me hablen del amor, por que ella se llevó el mio.
Aun duele, mi mundo roto, mis olas del mar, mi bandera huida, las huellas sin pies que las marquen, las canciones que se van a quedar sin oírtelas cantar.

Si me hablan, que no sea de ti.