domingo, 3 de diciembre de 2017

Duele ver como termina tu vida, como se apaga tu luz, como tus esperanzas se consumen y no quedan mas que cenizas, esperando que se las lleve el viento y pasen a formar parte del polvo.

Duele ver como te olvidan, como te das cuenta de que no mereces su tiempo, ni sus risas, ni hacerle sonreír. Duele saber que nunca vas a volver a ser quien le mantenga hasta las tantas prestando atención al móvil esperando tu ultimo mensaje mientras la despedida se alarga durante interminables minutos de "te quieros". Saber que nunca mas tendrás sus fotos de ese gorro nuevo o de su cara de sueño, que nunca volverás a oler su ropa o su perfume, que nunca mas iras de la mano ni os esconderéis de la lluvia en un portal.

Duele saber que sus besos jamas volverán a ser tuyos.

Duele saber que ya no te desea, ni te piensa, ni te busca, duele saber que algún día serás un amargo recuerdo.

Duele querer, y que quieran olvidarte.

lunes, 20 de noviembre de 2017

He visto un alma en pena, alguien perdido en su propia piel, alguien hundido en llantos y en gritos sordos. He visto a alguien que por un momento me ha recordado a mi, y quisiera yo pensar en un ataque de ego y egoísmo que yo estoy mucho peor, que yo estoy mas triste, que yo estoy mas solo, que yo he perdido mas, que yo la echo mas de menos. Pero seria mentira.
El hombre lloraba a voces, gritaba en silencio, hablaba con ella mientras escribía en una libreta y cantaba a las palomas de los parques, esperando que ella apareciese para escuchar todo lo que tenia que contar. Pero al parecer, ella jamas volvería.

Me dio por seguirle, por escucharle, por preguntar, me contó una historia triste que exaltaba del cabello de una musa y menospreciaba sus fallos. Me hablaba de su perfección como si de una estatua de marfil se tratase, de su fragilidad cristalina, de su belleza lunar. Quien me hablaba era un loco, o un enamorado, que afectos prácticos es lo mismo, un hombre sin cordura y y sin apenas esperanzas, cuyo mundo pendía de un hilo rojo atado en su muñeca. Ojalá yo hubiese sabido expresar con mil palabras lo que el decía con su mirada mientras contaba como se enamoraron y así lograría yo recuperar lo perdido.

Cuando decidí despedirme le aseguré volver, hablar, ayudarle, me sentía identificado con aquel pobre zombie que malvivía tan cerca de mi.

Ayer vi un alma en pena, alguien perdido en la piel de una mujer, alguien hundido en recuerdos de risas y sonrisas. Me he visto a mi en un espejo en un momento efímero de cordura antes de pasar el resto del día recordando, escribiendo cartas sin sello, cantando para mis adentros, sabiendo que nunca vas a volver.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Te pienso.
Y me levanto de la cama aun sin abrir los ojos.
Te pienso. Lo primero.

Pienso en si aun dormirás, en si habrás soñado conmigo, en si seguirás soñando que me despierto contigo. ¿Soñarás aun que viajamos?

Luego pienso que has despertado junto a otro, que sus besos te dan los buenos días, que sus manos peinan tu pelo, que sus brazos te quitan el frió.
Pienso que el te cocina, te hace reír, te hace olvidarme. Pienso que le hablas, que le cantas, que le mimas. Ojalá no pensar.

Y pienso que el mar os ha visto correr juntos por la arena y se rompen mis relojes, pienso que nunca mas volveré a leerte entre tus párrafos y desaparezco un poco mas, pienso que tu corazón ahora canta para el y me muero, pienso que ya nunca mas vas a estar.

Y así todo el día, te pienso, y pienso que me vas a olvidar.

sábado, 18 de noviembre de 2017

A mi que no me hablen del amor, pues el amor me recuerda a cosas que duelen, a personas que mienten, a gente que nunca debe volver. El amor recuerda lo débiles que nos volvemos cuando amamos, lo débil que es tener una persona que es tu mundo, y que cuando esta se va, tu mundo se destruye.

A mi que no me hablen del mar, de la marea, de la marejada, de las olas, que no me hablen de nada de eso, de algo imperturbable y antiguo que me recuerda a sus caderas sobre las mías, de sus pechos entre la resaca. ¿Quien seria tan cruel de hacerme recordar algo así?

A mi, por favor, que jamas me hablen del viento, de como sus cabellos ondeaban cual bandera, mi libertad. Quien no haya visto sus enredos mecerse mientras reía no sabe que es la música, ni la felicidad, ni el gozo.

Ademas, no la habéis visto caminar por la arena, como si solo existiese ella desde mis ojos, no la habéis visto contonearse con las lineas de la playa, no la veréis jamas saltar para no mojarse. Así que que a nadie se le ocurra hablarme del arte, por que sin verla, no la entenderéis.

Y a quien quiera que me hable de la luna, prometo que me pondré violento, por que su sonrisa era mas brillante que cualquiera. Verla sonreír mientras me miraba era ver el futuro la curva de sus labios, y ese futuro decía que yo iba a besarla.

A mi, mejor que no me hablen, y si lo hacen, que no me hablen del amor, por que ella se llevó el mio.
Aun duele, mi mundo roto, mis olas del mar, mi bandera huida, las huellas sin pies que las marquen, las canciones que se van a quedar sin oírtelas cantar.

Si me hablan, que no sea de ti.

domingo, 8 de octubre de 2017

Tengo los ojos mas tristes del mundo, unos ojos que no se volverán a cruzar con los tuyos. Tengo una sonrisa huida, unos labios que se han olvidado de como sonreír.
Tengo cien mil palabras perdidas, todas que intentan describirte en vano.
Tengo sueños acabados, que terminaron donde tu te despediste.
Tengo una gota de sangre donde confluyen ríos de tinta con palabras ahogadas por no poder nombrarte.
Tengo un agujero en el pecho esperando a que devuelvas lo que te llevaste.

No te tengo a ti.
En una espiral del tiempo ociosa, decadente y sin fin, en su centro, ahí estabas tú.
Una espiral, una espiral plana que no entendía de subidas y bajadas, una espiral continua y sin fin que lo único que hacía era girar y girar y profundizar ¿en qué profundizaba? En ti, en mí, profundizaba en un nosotros que no se va acabar nunca, que no tenía fin, que no lo tiene. Profundiza van tus ojos, en todos los rizos de tu pelo profundizaba en tu voz cantando, profundizado en tus labios, en tus risas,profundizaba en los versos que me recitabas.
 Y qué envidia de los relojeros con el poder del tiempo sus manos, qué envidia me dan moviendo las manillas, contando granos de arena, haciendo retroceder las agujas,parandolas donde desean.
 Y eso sobre todo es lo que yo más envidio.
Ojalá poder volver, ojalá poder volver atrás,muy atrás, antes de conocerte y prepararme mejor, prepararme bien para ti. Ojalá volver atrás pero no tan atrás, volver donde te dije que te quería, volver donde tú me lo dijiste primero, volver y repetir el momento una y otra vez. Ojalá volver donde nunca había te perdido, ojalá que todo esto no acabe.

Ahora la espiral se ha roto, ahora el que se va soy yo.

Me voy a grabar a fuego en el pecho una espiral, para que cuando me pregunten yo solo diga que empieza por tu nombre y acaba por tus besos. Voy a dibujarme en el dorso de la mano una espiral con letras, que sean mil disculpas y un soneto, una oda. Dibujare en mis palmas, con acero y sangre, una espiral, que hable de todos los días que vamos a perder, y con las gotas que resten terminaré nuestra canción sobre los cimientos de nuestros recuerdos.

sábado, 7 de octubre de 2017

Creo que eso es una mancha de ceniza.

Volví, volví de un viaje en vano a ningún lugar decente y mi buzón estaba lleno de correspondencia.
No miré las cartas, no saludé a los vecinos, solo quería dormir, necesitaba descansar.

Pasaron los días sin ver el sol. Me acompañaban el olor del tabaco y el regusto a alcohol. No podía tener resaca si no dejaba de beber, respiraba mas humo que aire. Casi un mes después abrí una ventana, llovía, me recordaba a ti. Escuchaba las olas del mar en lo lejano, una tormenta traía a mi salón el perfume de tu pelo.

Y las cartas volaron por toda la habitación.

Había cartas que no pensaba leer y las tire, otras merecían algo de mi tiempo, algunas me hicieron pensar, pero tu letra estaba en todas las demás. Fotos tuyas, tus recuerdos, tus besos, tu perfume, tus ojos, tu pelo, tus letras, tus besos, tu sexo. ¿Era un castigo? Me lo merecía. ¿Era una llamada? No debía responder. ¿Querías que saliese de mi encierro? Solo quería escucharte, al menos una ultima vez.

Y lloré.

No recuerdo cuantos días pasaron hasta que me afeité salí a buscarte. Y por desgracia te encontré.
Tu ya no eras tu, yo ya no era yo. El nosotros se había perdido en los brazos de otro, tus ojos hablaban de otras pupilas, tu risa se olvidó de mis labios, tus besos eran de otra canción.

Por fin mi sirena había aprendido a correr y estaba a punto de echarse a volar.

Te vi, al final me viste, y dejaste de reír, dejaste de besar, dejaste de correr. ¿Que hablaban tus ojos, si no era olvido? ¿Que decían de mi que no logré saber? Corrí, mucho antes de que pensases en echar a caminar hacia mi, mucho antes de que tus recuerdos volviesen conmigo.

Te perdí y lo perdí todo. Todos tus besos perdí por no saber decir, te necesito.

Cuando volví a mi retiro aun había una colilla encendida y mucho papel por reutilizar. Puse sangre en mis manos y levanté la voz contra todo aquello que había sido malo en mi vida, contra todo aquello que te había hecho mal de mi. La sangre hervía, los gritos, los golpes "PERDÓNAME DIOS, PUES EL AMOR PUEDE MAS QUE LA FE. NO ES TU AMOR EL QUE QUIERO, NI TU VIDA, NI TUS HIJOS. PUES LA ÚNICA DE LOS TUYOS QUE AUN TIENE ALAS EN LA TIERRA ES MI PECADO, MI ERROR"

Que gritos, que grandeza, que espectáculo. Ahora entendía a Ulises, a Romeo, a los reyes y a los locos. A esto se referían, a ti.

¿Quien llamaba a estas horas? Daba igual, la sangre aun brotaba en mis brazos, aun cabían letras.
Y se acabó.

Cuando me encontraron aun sonreía, una sonrisa horrible de alguien que había perdido la cordura, una sonrisa que una vez amaste, una sonrisa que era para ti.
Cuando leas esto, ¿y quien sabe si lo leerás? Yo no te leí hasta que fue tarde.
Cuando leas esto, ¿de verdad he sido así de cobarde? Yo te respondo. No, cobarde hubiera sido vivir en el mismo mundo que tu y no haberlo convertido en un Edén para tu disfrute. Cobarde ha sido no escribirte una canción. Cobardes son los pájaros que huyen de ti y te envidian. Me proclamo valiente, el mas cobarde de los valientes.

Cuando leas esto, quizás lo estés haciendo ahora, no podrás responderme, no estaré, nunca mas.¿Que donde estoy? Oh, no, no te lo diré, por que seguro que piensas en venir a por mi, y no, en todas esas cartas tuyas había un pedacito de mi que no he logrado recomponer, así que yo me quedo con el nosotros, con el viaje a las playas mas desiertas, con nuestra copa al amanecer. Permiteme quedarme también con el recuerdo de aquella noche de verano, ese de sabanas y besos, también con el día que nos llovió y tu pelo era un enredo de espuma y sal. Te pido todo esto solo por que ya no podrás decir que no, por que te habrías negado. Pero a dejarme viajar.

Tu sonrisa sigue siendo el faro de las mismas tormentas que provocas, tendrás decenas de pretendientes.

Posdata: Me gustan las gafas que llevas ahora, te hacen parecer mas adulta, mas seria. Te quedan bien.

miércoles, 5 de julio de 2017

Puestos a envenenar la mente, que me traigan frascos y os ofrezco mi propia formula, pues soy experto en destruir la voluntad.

Soy mi propia sombra, mi propio rencor, dolor, agonía. Soy lo que he hecho de mi mismo, lo que me merezco. Soy mi antítesis y la de muchos otros. La exaltación del yo, oligofrenia, fanatismo, amargura, piedad.

El día a día bajo el fuego, las miles de palabras que queman, los recuerdos que no arden.

lunes, 20 de febrero de 2017

Entre en medio de todos mis errores hay un camino, sinuoso, vacío, triste. En todos los demás caminos te paraste tu.
Te detuviste bajo un reloj parado, contando los días en un calendario que hacia tiempo se había pasado, marcabas equis sobre las equis que ya estaban, intentando que los días lejanos volviesen a un presente diferente. Y no pensaste en dar tu propia marcha atrás.

Rompiste un reloj de arena en un camino de primavera.