Bajo la tenue luz de un callejon, un hombre, acurrucado entre escombros que le protegen del frio, gime en sielncio. Lagrimas de sal emergen de sus ojos, su boca, seca, murmura palabras de dolor. Sus ojos son tristes y oscuros, reflejan el deseo de muerte y crueldad. El viento ruge. Lluvia. Dolor. Una flor marchita yace bajo el brazo del hombre. Sus lagrimas se confunden con la lluvia. Sus gemidos se apagan con los truenos. Muerte.
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