A veces, deseas que los sueños superen la realidad.
Tiempo, tiempo es lo que deje de querer, no lo quiero para mi, entregarlo a otros si pudiese ser. Mas no lo quiero, por que en mis manos, solo causa dolor y temor, dolor, por saber que me odias, temor, por no querer imaginar tu respuesta. Las calles son negras, ahora que los recuerdos taponan los callejones, la música es vacía, ahora que no entonan al son de tu canción, corazón. Y que mas intentar, si los sueños me muestran muerte, que deseo, y cobarde me siento por ello, mas aun si la tuviera del modo que quiero. Y que mas, si el tiempo no ayuda mas que a pensar y recordar, que mas, si los paseos solitarios, antaño regalos, ahora desesperantes, duelen. Ahora, cuando la música, quien a guiado mis pasos fuera, me ataca al corazón, con cada verso, un latigazo en mi honor. Dolor. Mirar al cielo, y ver un mapa que muestra otra vida en lo lejos, vida que reflejaba en versos y poemas, en hojas de papel en prosa, ahora sin musa, las letras se tuercen y no hablan, rugen, como si ya no respondiesen al papel. Que ansío...mas que sus ojos como lucero en el alba, mas que sus manos de guía ciega. Una voz que me recordaba: tu eres vida. Furia, inmolación, al recordar errores y dolor, por estupidez y rencor, por no madurar a tiempo. Pierdo vida, noción, tiempo, color, corazón.
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