miércoles, 14 de septiembre de 2011
Otro dia, otra batalla.
...salté de aquella piedra, con mis dagas en las manos y corriendo entre las filas enemigas acuchillaba y degollaba a humanos, orcos, todo aquello que se ponía en mi camino hacia el bosque. La llanura estaba manchada cada vez mas de un rojo carmesí que el Sol de atardecer hacía brillar. Sin darme cuenta, me encontraba rodeado entre cinco enemigos, guarde mis dagas y tan rápido como sonó el desenvaine de mi hoja, había caído el primero. Mi espada se movía cual pluma en el vació. Dos mas yacían en el suelo, envaine mi arma y me lance en carrera a por el cuarto, y dandole un rodillazo en la cara lo usé de apoyo para saltar sobre el ultimo. Corría esquivando flechas y armas que se escapaban de su trayectoria o se lanzaban hacia mi, asta que me encontré con quien menos hubiera deseado, un enorme troll. Intente colarme entre sus piernas para escapar, pero fue en vano, ya que el troll consiguió darme una patada y lanzarme varios metros. Lo tenia sobre mi, con sus grandes brazos como troncos de arboles apunto de caerme...pero tuve suerte, ya que mis estadísticas me dieron oportunidad de hacer una ultima tirada de dados, y me salio perfecta. Conseguí evadir sus puños rodando, salte sobre el y cuando se levanto, si quererlo me lanzo varios metros. Gracias a esa ultima tirada, conseguí escapar hacia el bosque y pude seguir la partida...
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